28 junio, 2012

Ella



Ella, la mujer perfecta, mi mujer perfecta. Donde quiera que vayamos se hace notar, todos admiran su belleza y estilo. La tomo del brazo inconscientemente para que todos noten que es mía.
Que bien luces a mi lado cuando caminamos por las calles abarrotadas las miradas sobre ella; paseamos entre silbidos y murmullos de hombres que quisieran estar en mi lugar y eso te vuelve mas sexy, mas deseable, mas tú.
Te doy un beso inesperado y así al mundo le vuelvo a advertir que eres solo mía.. 
La talla ideal, tus curvas latinas y bien formadas envueltas en ropa de Versace son pura lujuria en mi mas profundo estado de perversión absoluta.
Ella camina con unos tacos color rojo que la ponen sobre un altar inalcanzable.
Cuando la miro hace que vuelen mis pensamientos perdidos entre cada uno de sus cabellos, su hermosa y larga cabellera, es ahí donde pienso que los ángeles sí existen, que mi abuela no me mentía.
Cuando habla no puedo dejar de mirar sus labios y mi fantasía perfecta cuando se los muerde, mientras mas habla mas me excito y solo quiero besarle sin final pero lo pienso en silencio.
Cuando habla me comprende, me escucha, pareciera que ella lo sabe todo, pone sus pequeñas manos en mis mejillas diciéndome que todo estará bien cuando me ve angustiado y esta vez ya no pienso en los ángeles sino en que Dios si existe.
Todo es perfecto; vuelo, sueño y me acurruco como un niño travieso en ella. Cuando estoy ahí no dejo de escuchar su palpitar, su corazón que me dice que es buena, buena para mí, buenísima y que la elegiría para el resto de mi vida, no tengo duda alguna. 
Su sonrisa, para que escribo de ella si es la octava maravilla del planeta pero lo que mas me gusta es ser el motivo de esa sonrisa, uno de los motivos por los cuales amanezco y trato de imaginar que está a mi lado para darle un buen beso de desayuno, pero ella esta aún lejana. 
Mujer bendita que inspiras luz donde vayas nunca me dejes, átame a tus pies, átame a tu hermosa cintura que morir ahí es lo que mas pido a Dios todas las noches.
Átame y ahórrame el trabajo de tener que secuestrarte si te niega .
Ella es de otro mundo, del mundo de mis fantasías pero hoy finalmente la he alcanzado, la he tenido entre mis brazos y corrí a mis amigos para ufanarme que la he besado, la he besado y la he enamorado y entonces puedo morir en paz sabiendo que nuestro amor va mas allá de la muerte.

La verdadera muerte de sus labios.

Ella.

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